jueves, 23 de diciembre de 2010

EL ARTE DE LA ESCRITURA

“XXI CONCURSO DE ESCRITURA DE TAMAYO”


. ENTRE LOS COLEGIOS DE GIPUZKOA

ESKIBEL 1º PREMIO

. ENTRE LOS ALUMNOS DE GIPUZKOA

-TODOS los cursos Secundaria y bachillerato de Eskibel, junto con 5º Primaria, están representados entre los premiados.


Alumnas premiadas

Categoría 8 a 12 años
1º Premio: Marta Ibarrola– 1º ESO
2º Premio: Cristina García – 5º Primaria
6º Premio: Marta Celaya – 1º ESO

Categoría de 13 a 17 años
1º Premio: Isabel Brotóns – 2º Bachillerato
2º Premio: Clara Malcorra – 1º Bachillerato
3º Premio: Cristina Martínez – 4º ESO
4º Premio: Marta Santano – 3º ESO
5º Premio: Candela González – 2º ESO


EL ARTE DE LA ESCRITURA

Este concurso está organizado por la papelería Tamayo y patrocinado por Mont Blanc con la colaboración de El Diario Vasco. La finalidad del mismo es premiar la presentación en general, la calidad y la personalidad de la escritura, así como su valor caligráfico.

Los trabajos para participar deben realizarse en una lámina especial, utilizando exclusivamente pluma.

Está dividido en dos secciones: escritura personal y escritura caligráfica. Dentro de la sección personal hay tres categorías: hasta 12 años, de 13 a 17 y categoría de adultos. En cada una de estas categorías se entregan seis premios.

TODAS las alumnas de Eskibel participan en él desde que empiezan a escribir con pluma. Realizan su trabajo en clase.

El concurso premia también a los tres colegios que presenten los mejores trabajos. Muchos años, como este, hemos obtenido el PRIMER PREMIO como colegio.


Este premio representa el buen hacer diario y la importancia que a la escritura se concede en Eskibel.

NAVIDAD LITERARIA EN ESKIBEL

NAVIDAD – 2010

Tradicionalmente la Navidad empieza en Eskibel con los concursos literarios, este año también ha sido así. Cada etapa tiene sus propios premios, varían según la edad del alumnado

PREMIOS DE PRIMARIA

- CONCURSO DE LEMAS:
-1º Primaria – Paula Agut
-2º Primaria – Jone Delgado

- CONCURSO DE CUENTOS
– 3º Primaria – Natalia Rodríguez
– 4º Primaria – Laura González

- CONCURSO DE POESÍA
– 6º Primaria – Claudia Nevado


PREMIOS DE SECUNDARIA
Y BACHILLERATO:

- CONCURSO DE POESÍAS

- María Beunza – 2º Bachillerato
- Itziar Villagrá – 3º ESO
- María Ruiz – 2º ESO
- Ana Mancebo – 1º ESO

Enhorabuena a las ganadoras, tanto sus trabajos como el de otras muchas alumnas han sido el reflejo del buen nivel de expresión del colegio.



Aquí os dejo los trabajos premiados:

PREMIOS LITERARIOS PRIMARIA


PRIMER CICLO DE PRIMARIA
Concurso de lemas

• Paula Agut (1º de primaria )

Celebramos el nacimiento de Jesús,
poniendo belenes y un árbol de Navidad.


• June Delgado (2º de primaria)

¡La Navidad es genial!,
igual a vosotros os gusta porque vienen los Reyes Magos y esas cosas.
La Navidad es el 25 de diciembre.
¡No os la perdáis!.
Para mí, la Navidad es especial porque nace el Niño Jesús.



SEGUNDO CICLO DE PRIMARIA
Concurso de cuentos

EL NIÑO Y LA NAVIDAD

Natalia Rodríguez – 3º Primaria


Érase una vez un niño que esperaba muchos regalos.

El día que llegaron los Reyes Magos, le dejaron una notita en el árbol de Navidad. Ponía esto: “Tampoco tienes que pensar solo en los regalos, sino también en el nacimiento del Niño Jesús, porque es lo más importante de la Navidad”.

El niño salió a la terraza, miró al cielo y dijo: “Gracias, Jesús”



LA NOCHE MÁGICA -

Laura González – 4º Primaria

Hace poco estaba en la cama bien agarrada al señor Barri. De repente vi una luz que brillaba a lo lejos. Yo, muerta de curiosidad, fui a investigar. Vi un pequeño pesebre. Un niño en la cuna, hecha de madera y paja. Me acerqué y vi a un bebé precioso. Noté que le gustaba mi osito. El bebé no tenía nada así que le regalé el oso y una sonrisa apareció en su cara. Vinieron tres hombres vestidos con ropas preciosas.
Me di cuenta de que eran Melchor, Gaspar y Baltasar. ¡Estaba con el Niño Jesús! Miré en mi reloj y vi que era tardísimo. Me despedí de todos y volví a casa. Mi madre me llamó.¡Habían venido los Reyes! Abrí un paquete y vi un oso igual que Barry. ¡Fue el mejor día de mi vida!


TERCER CICLO DE PRIMARIA
Concurso de poesías

•Claudia Nevado (5º de primaria)

El secreto de la Navidad

En un sueño estoy metida
del que no quiero despertar.
A la Virgen, San José y al Niño
los veo en el portal.

Se oyen campanas y tambores
¡ Algo grande va a pasar!
Son los Tres Reyes Magos,
que vienen al Niño adorar.
Algo pringoso noto en mi cara.
Es mi perrita Clara
que me ha venido a despertar.

Mi madre está en el salón.
Gritando está:
¡Venga Claudia
que los regalos ya están!

No quiero mamá
Ya sé lo que es
realmente la Navidad.
Es adorar al Niño
que ha nacido en el portal




SECUNDARIA Y BACHILLERATO


ANA MANCEBO –
1º ESO

ADORAR AL NIÑO

María y José
están buscando
un lugar especial
con su asno
para tomarse
un merecido descanso
y tener al Niño
que están esperando.

Ding-dong
aquí no hay sitio.
Ding-dong
largo de aquí.
Tenemos muchos niños
no podéis quedaros aquí.

Nadie les da hospedaje
nadie les deja quedarse
unos ponen excusas
otros ni les escuchan.


Finalmente encuentran
un simple portal
en el que hay un pesebre sin arreglar.

Mientras María descansa
José trabaja
para hacer del pesebre
una bonita cama.
Finalmente el Niño nace
y los Reyes le visitan
cargados de presentes
que le dan con alegría.

Los pastores también van
a ver a ese Niño
tan especial
del que todo el mundo
habla sin parar.

¡Oh, Es precioso!
¡Oh, Qué bonito!
¿Puedo cogerle en brazos?
¿Puedo darle un besito?
Todo el mundo le quiere
todo el mundo le adora
desde el principio
de los tiempos
hasta ahora.


MARÍA RUIZ – 2º ESO

CUENTO DE NAVIDAD

Año tras año al llegar la Navidad
la misma historia he de contar
De cómo fui elegida
para el Portal de Belén adornar:

“Hace mucho tiempo
mientras de noche alumbraba el firmamento,
un coro de ángeles oí cantar.
La dulce melodía el universo me hizo atravesar,
cruzando ríos y mares, tierras extrañas
y altas montañas.
Hasta llegar a Belén.
Un pequeño pueblecito
donde el Niño iba a nacer.
Al abrir sus ojos tiernos
miró a todos con curiosidad,
de su boca la sonrisa
no se quería ausentar.”
“¿Y qué hay de los Reyes Magos,
los que le llevaban regalos?
-dice un pequeña estrellita-
Son mi parte favorita

“Cuando volando me vieron
mi estela siguieron.
Sabiendo que les guiaría al Portal
porque ante Dios se querían postrar”

Año tras año, al llegar la Navidad
con aquella mágica noche vuelvo a soñar.
Pienso en la Virgen y en San José
y en el rostro del Niño que yo alumbré.




ITZIAR VILLAGRÁ – 3º ESO

La venida de la Navidad


Algo nuevo se avecina
la Navidad está llegando
todo el mundo se apresura
a ver qué está pasando.

Las familias unidas
un reencuentro inesperado.
Un regalo que indica
que la Navidad ya ha empezado.

Es Navidad por el día,
es Navidad por la noche
pero solo tú haces la Navidad
si en ella confías de verdad

Así es la Navidad
como una bola de cristal
que una vez que la agitas
no para de brillar.




MARÍA BEUNZA – 2º BACHILLERATO

Navidad

Ella es blanca
como la nieve
y verde,
verde esperanza.

Ella es fría,
y dulce, y cálida;
como la noche oscura,
como la nívea mañana.

Ella es intensa,
como una llama,
como una hoguera,
todo lo arrasa.
Nos llena el alma.

Es alegría,
es ilusión,
es reencuentro,
es un recuerdo,
el recuerdo más hermoso:
Cristo nació por nosotros.

Es una fiesta.
Es Navidad.

jueves, 2 de diciembre de 2010

2º PREMIO GÓNGORA - ANA NAVARRINA

EL VIOLINISTA DE LA ESTACIÓN

Aquella conversación me sorprendió y sigo pensando en ella de vez en cuando, cuando el sueño no aparece y me acompaña la vigilia.
Yo viajaba a Madrid, ciudad de sueños y esperanza para mí, con el corazón en un puño y un maletín con páginas impresas de mi novela. El editor con el que había contactado me había pedido que le entregara el libro en persona, así que yo había comprado un billete de tercera para Madrid y me había subido al tren sin detenerme ni si quiera a hacer las maletas.
Ahora viajaba sólo en aquel tren de madrugada, y mi mente ansiosa deformaba cada segundo hasta convertirlo en un mar de horas. Mi pulso rápido y mi silenciosa hiperactividad me hacían consciente de todo lo que ocurría a mi alrededor: el traqueteo del tren era un terremoto bajo mis pies; las gotas de sudor resbalaban por las sienes de un hombre de traje sentado frente a mí con sorprendente periodicidad: una gota, y otra, y otra…La señora que viajaba con él rascaba el tejido del asiento con sus largas uñas, resquebrajándose el esmalte rojo…casi era capaz de escuchar mis ojos, girando de un lado a otro con gran velocidad. Un tren de sonidos y sensaciones, tren de sueños.
Al llegar a la estación, eché a andar con nerviosismo hacia la salida, atropellando a varias personas por el camino. Sostenía el maletín en mi mano derecha, y pesaba, pesaba con el peso de toda la importancia que tenía, de todas las esperanzas que había puesto en su interior, de todas sus páginas de trabajo y realidad.
Junto a la salida de la estación había un violinista. Estaba de pie y se tambaleaba constantemente de un lado a otro, llevado por los impulsos de su brazo, y sus cejas se arrugaban sobre sus ojos cerrados en un profundo gesto de concentración. Movía el arco sobre el violín con maestría, lo hacía bailar, y la melodía, triste y sórdida, me hizo estremecerme. Había algo de amargo y mísero en su canción que frenó mis pies y sacó a bailar mi corazón en sus tristes brazos Miré a mi alrededor, pero el resto de los viajeros pasaban a mi lado de forma confusa e incoherente, sin detenerse, y poco a poco, la estación se fue vaciando, hasta que solo quedaron unas pocas personas que esperaban al próximo tren demasiado temprano.
Entonces, el violinista dejó de tocar, suspiró y abrió los ojos. Al encontrarme allí, me sonrió con cansancio y se agachó a recoger las pocas monedas de su funda.
- Disculpe – le dije carraspeando – la última canción que ha tocado me ha gustado realmente. ¿Cómo se llama?
El violinista miró hacia mí sorprendido, se levantó, me tendió una mano algo sucia y dijo:
- Encantado, soy Andrés.
Lo miré confuso mientras le estrechaba la mano y me pareció demasiado violento volver a preguntarle por la canción.
- ¿Sobre qué trata su novela? – me dijo entonces con jovialidad. Tenía un acento extraño, pero hablaba un perfecto español, y su voz curtida raspaba como la barba de tres días.
- ¿Cómo ha sabido usted que he escrito una novela?
- Por sus manos. Tiene usted manos de escritor, por haber sujetado mucha pluma y haber tecleado mucho a máquina. Yo tengo manos de violinista, ¿ve usted? De sujetar el arco y darle resina. Y tengo también manos de pobre, de no poder lavarlas.
Hablaba con total tranquilidad y sin dejar de sonreír.
- ¿No toca usted demasiado bien como para estar aquí, enterrado en una estación?
- ¿Me ve usted infeliz? – dijo con sorpresa.
- No, discúlpeme, no quería ofenderle…
- Amigo, yo toco para grandes masas. Toco para todos y para ninguno. Mi música es de paso, toco para gente con prisa que no tiene tiempo para escuchar. Toco para oídos sordos. Pero – miró a su alrededor – me gusta este lugar. Los trenes…los trenes vienen cargados de sueños que alimentan mi música y bailan con ella. Aunque, hasta ahora, nadie me los había traído en un maletín.
Su sonrisa enigmática me confundió aún más que su extraña felicidad. Negué con la cabeza y, pidiendo disculpas, me marché.

No quisieron mi novela.
Volví a la estación con nauseas, sintiendo el estómago al revés, roto y deprimido, sin ver el norte.
- Demasiado realista. Ahora se llevan los finales felices, la fantasía…ya sabe, los vampiros…
Pensé en las bocas que esperaban en casa a que las alimentara y sentí ganas de lanzarme a las vías.
Allí estaba el violinista, esta vez tocando una canción irlandesa, y su alegría me partía el corazón. Me senté a su lado, con la cabeza entre las piernas, y esperé. Cuando terminó de tocar, se sentó a mi lado y comenzó a dar resina a su arco con movimientos lentos, casi caricias, y su sonrisa.
- ¿Cómo puede ser feliz con tan poco? – le dije, desesperado, algo agresivo.
Ante mi sorpresa, se rió, y la risa le salía del fondo del pecho.
- ¿Piensa que tengo poco? – dijo, alegre – tengo más que muchas de las personas que pasan por aquí; tengo felicidad y estoy enamorado de mi vida. En mi opinión, tiene usted que aprender a querer. Porque querer a alguien es quererlo no solo ahora, como lo tiene usted delante, sino en su pasado y en su futuro. En lo bueno y en lo malo. Así que abrace usted su vida, amigo escritor, y quiérala. Ella siempre va a tener algo que ofrecerle. Usted es escritor, y por serlo, usted es sus novelas y sus protagonistas, como yo soy mi música. Aprenda a querer su vida con sus defectos y sus errores. Aprenda a querer.
Subí al tren envuelto en una nube de incertidumbre, acunando mi dolor, y el sonido del violín se fue apagando mientras el tren se alejaba de allí. Las palabras de Andrés, en cambio, siguieron sonando en mi corazón, iluminando la tristeza.
“¿No te das cuenta, escritor? Vivir…es amar”

2º PREMIO GÓNGORA
AUTORA: ANA NAVARRINA

miércoles, 1 de diciembre de 2010

MENCIÓN GÓNGORA - ANA RUBIO

CANTANDO

Aquella conversación me sorprendió mucho y sigo pensando en ella. Es curioso como un simple desconocido, con unas pocas palabras, puede plantearte un cambio de vida; rápido, silencioso, indoloro. Por ello me despierto cada día con un mismo objetivo: volver a cruzarme con él, agradecerle aquellos consejos en el momento más adecuado, pero, sobre todo, felicitarle por tantos éxitos. Éxitos muchas veces soñados, que si por él no fuera nunca hubiera logrado…

Yo tenía una vida normal. Ni más ni menos divertida, ni aburrida. Una vida corriente, con unos pocos buenos amigos y muchos conocidos, con estudios y una familia agradable.
Al fin y al cabo, nunca nos sentimos llenos con lo que tenemos.

Un jueves cualquiera, volvía tarde a casa de la biblioteca e iba ojeando un libro, con unos pajarillos en la portada. Se me resbaló de entre las manos y un hombre lo recogió. Parecía bastante abandonado y las arrugas le recorrían el rostro. Su mirada, que una vez había sido joven y soñadora, dejaba ahora entrever una honda tristeza; quizá debido a todas las ilusiones rotas. Le agradecí el detalle y tuve que hacer un gran esfuerzo por escuchar la respuesta. Cualquiera hubiera pensado que el pobre hombre estaba afónico, pero aquella voz no podía ser una simple huella del frío o de la vida en la calle. Esa voz estaba rasgada, rota, desgarrada. Dolía solo de oírla…
El desconocido señaló los pajarillos.
– Cantan – dijo.
– Sí. – Asentí. No sabía si era una pregunta o una afirmación, así que me limité a sonreír.
– Puede…Puede que… – Tosió. No le salía la voz. – Puede que no sepamos lo que tenemos hasta que lo perdemos. Pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que llega.

El hombre volvió a toser. Se acomodó en el banco y se tapó con la manta, dando por finalizada la conversación.

Al principio me sorprendió. Me dejó bastante parada, pero, de todas formas, había sido un momento gracioso.

Fue a medida que los días se iban convirtiendo en semanas, cuando me acordé de aquella conversación. Le empecé a dar importancia, aunque fuera un mínimo valor.
Y pensé. Pensé hasta que me dolió la cabeza…y las uñas de los pies.

Dicen que se puede besar con los ojos y hablar con el alma. Que una mirada vale más que mil palabras. Que las acciones demuestran los hechos. Aun así, es por muchas otras razones por las que me decidí a cantar. Cantando, uno puede inventar sentimientos. Unas pocas palabras cambiadas de ritmo pueden hacerte reír o hacerte llorar; hacerte querer o hacerte odiar; hacerte gritar o saltar…o incluso todas ellas a la vez. Consiste en compartir. Compartir sentimientos.
Yo comparto lo que aquel hombre me dijo. Subiéndome a un escenario, al alcance de todos y la opinión de cualquiera, pero haciendo algo que llena. Llena de vida.

Hay que aprovechar las oportunidades, porque no sabemos lo que nos perdemos.

Yo ahora lo se, y se lo agradezco cantando.

MENCIÓN GÓNGORA
AUTORA – ANA RUBIO 1º BACHILLERATO

3º PREMIO CERVANTES - ITZIAR VILLAGRÁ

UN VIAJE A ROMA

Empezaba a amanecer y todavía se podía apreciar la sombra de la luna bajo la claridad del cielo. Sonó el despertador y Pedro se apresuraba para ir al colegio. Su abuelo le había hecho unas tostadas y no tardó mucho en vestirse, comérselas y salir disparado de casa para no perder el autobús.

El abuelo de Pedro trabajaba en una gran biblioteca, había leído todo tipo de novelas y cuentos pero las que más le gustaban sin lugar a duda eran las de misterio. Ese día, la profesora de historia les iba a dar una gran sorpresa a los alumnos, que les iba a hacer especial ilusión a Pedro y a sus dos amigos Juan y María.

La profesora sacó su ordenador de un viejo maletín y les enseñó la excursión que harían la semana que viene. ¡Se iban a Roma! Todos ellos vivían a unos kilómetros de Roma; habían hecho unas cuantas excursiones pero cada vez que se lo repetían iban con más y más ilusión.

Esa misma tarde, al terminar el colegio, Pedro, Juan y María fueron corriendo a la biblioteca de su abuelo a contarle el viaje que iban a hacer.

El abuelo les dijo que se sentaran en unas butacas y les empezó a contar una pequeña historia sobre el Coliseo.
- ¬Se dice que bajo el coliseo, yace la tumba del Dios de la escritura (Escritumus) y que si escribes un deseo y lo pasas por encima de la tumba, se hace realidad.

Llegó la semana siguiente y todos, muy nerviosos fueron a montarse en el autobús. En la parte delantera, había un gran escudo que tenía un payaso como símbolo del colegio.

Durante la media hora del viaje no pararon de cantar, jugar… hasta que llegaron a la gran Roma. Todo era edificios muy antiguos y grandes extensiones de parques y el que más les llamó la atención fue el parque botánico, lleno de todo tipo de plantas y flores.

La profesora les dijo que en tres horas tendrían que volver al punto desde el que salieron.

Pedro, Juan y María no perdieron un minuto en correr e ir al Coliseo. Estuvieron buscando por todas partes la tumba y al ver que no la encontraban subieron a descansar a una pequeña colina cuando, vieron que en la entrada aparecía en latín “Dios de la escritura”. Había estado tanto tiempo ahí y nadie se había dado cuenta. Escribieron en unos papeles sus deseos y con mucha suavidad los pasaron por encima de la tumba. Ahora habría que esperar a que se cumplieran. Fue el mejor viaje a Roma que nunca se imaginarían que iban a tener.

3º PREMIO CERVANTES
AUTORA – ITZIAR VILLAGRÁ